¿Y si lo dejaras ser?
- Vianney Cruz
- 23 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días
Lo que descubres cuando ya no intentas moldear al otro
Una vez una amiga me contó que estaba muy nerviosa porque presentaría a su pareja con su familia. Quería que él "quedara bien", así que estaba preparando una lista de cómo debía comportarse: cómo hablar, cómo vestirse, qué evitar decir para que fuera bien aceptado en su familia.
Su papá notó los nervios que ella tenía, el día de la presentación la notó dandole indicaciones a su pareja o echandole miradas.. y él se acercó a ella y le dijo:
"Ya no le digas nada… déjalo que se manifieste."
En ese momento, ella se resistió. Le daba miedo que su pareja no encajara, que su familia lo juzgara o que no cumpliera con las expectativas. Pero esas palabras me enseñaron una lección profunda sobre cómo realmente se conoce a alguien.
Cuando intentamos controlar cómo se comporta alguien para que “encaje” en nuestra vida, lo que realmente hacemos es crear una versión de la persona que no es auténtica, sino ajustada a nuestras expectativas.
Y aunque eso parezca garantizar cierta seguridad, en el fondo nos impide ver quién es realmente esa persona.
En relaciones afectivas, uno de los aprendizajes más importantes es éste:
Para conocer a alguien, primero hay que permitirle ser.
No intervenir. No corregir. No sugerir cómo debería actuar. Solo observar.
Observa cómo responde cuando hay conflicto.
Cómo actúa cuando estás presente... y cuando no.
Cómo trata a los demás.
Cómo se comporta cuando se siente frustrado, incómodo o feliz.
Qué hace con su tiempo libre.💬 Cómo se expresa, cómo ama, cómo cuida (o no cuida).
Cuando damos ese espacio de autenticidad, algo poderoso ocurre: dejamos de proyectar lo que queremos que el otro sea y empezamos a ver lo que realmente es.
Lo que sigue después de ver con claridad
Ahora bien, esto no significa que tengas que quedarte con lo que no te gusta.
Una vez que el otro se ha manifestado, tienes opciones maduras:
🔸 Puedes elegir retirarte si no hay afinidad real.
🔸 Puedes aceptar si hay diferencias que no son negociables, pero tampoco dañinas.
🔸 O puedes abrir la conversación: dialogar, expresar tus límites, proponer nuevas dinámicas.
Observar sin controlar no es lo mismo que resignarse. Tampoco se trata de exigir cambios. Pero sí puedes —desde la conciencia y el respeto mutuo— construir acuerdos, si ambas personas están disponibles para crecer juntas.
Cierro con esto:
Yo ya no busco una pareja perfecta ni a la medida. Busco poder ver al otro tal y como es… y desde ahí, decidir con madurez si quiero construir con él.
No se trata de adaptarlo a mi molde, ni de desaparecerme para encajar en el suyo. Se trata de dejar que nos mostremos como somos y ver si hay espacio para que el amor crezca con verdad.
Y tú, ¿te atreves a dejar que el otro se manifieste?
¿O todavía crees que para amar o ser amada necesitas moldear, controlar o corregir?
Te leo en los comentarios. A veces, compartirlo es el primer paso hacia relaciones más conscientes.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Esta semana, elige a alguien importante en tu vida y obsérvalo con curiosidad.No intervengas, no sugieras, no expliques. Solo observa qué hace espontáneamente en situaciones cotidianas.Y después, pregúntate:
🔸 ¿Puedo aceptar esto tal como es?
🔸 ¿Hay algo que me duela o incomode?
🔸 ¿Estoy dispuesta a dialogarlo?
Hazlo desde la calma. Esto no es un juicio. Es un acto de conciencia.
Gracias por estar aquí.
Te leo. ❣️
Commenti