Los límites del amor: ¿Cuándo es necesario decir basta?

Hace algunos años, me encontré sumida en una relación que, por mucho tiempo, confundía mis emociones y pensamientos. Todo parecía un caos: amor, ira, miedo, culpa… Pero, había algo más profundo que me atormentaba: no sabía qué límites poner. ¿Qué ocurre cuando el amor nos arrastra más allá de lo saludable? Cuando las promesas de amor eterno parecen justificar comportamientos que nos lastiman?

Recuerdo haber leído un libro de Walter Riso, Los límites del amor, que me abrió los ojos. Fue una de las últimas piezas del rompecabezas que necesitaba para darme cuenta de lo que había estado permitiendo en mi vida. En ese proceso, descubrí algo esencial: no todo lo que se llama amor realmente lo es. Y a veces, el amor necesita límites.

🔎 ¿Qué ocurrió aquí?

Como muchas personas, crecí con la idea del amor romántico idealizado: el "amor lo puede todo", "el amor todo lo soporta". Este concepto se convirtió en mi brújula, pero también en mi perdición. En una relación abusiva, las palabras de cariño o las promesas de cambio se mezclaban con agresiones, manipulación y desprecio. Era difícil saber cuándo las peticiones de respeto o límites eran legítimas y cuándo estaba exagerando. El patrón era claro: la responsabilidad de los problemas siempre recaía en mí. Y al final, acababa disculpándome por cosas que no había causado.

Con el tiempo, aprendí que la disonancia cognitiva, ese estado de confusión interna, era un síntoma de manipulación emocional. La clave para salir de ese ciclo fue reconocer que mis inconformidades eran válidas y no estaba equivocada por buscar el respeto y los límites.

El amor no debe ser una excusa para ignorar lo que no nos hace bien.

El concepto de los límites en el amor

Los límites en una relación no son barreras para impedir que el amor crezca; al contrario, son fundamentos de respeto y bienestar mutuo. Los límites saludables ayudan a crear un espacio donde ambas partes puedan sentirse seguras, respetadas y valoradas.

¿Qué significa esto? Significa que el amor no debe implicar soportar maltratos, engaños o falta de respeto. El verdadero amor debe ser mutuo, basado en la comprensión, la reciprocidad y, sobre todo, el amor propio. Si no establecemos límites claros, corremos el riesgo de perder nuestra identidad, nuestro bienestar y, finalmente, nuestra paz interior.

Es completamente válido que tengas dudas sobre lo que realmente mereces en una relación. Muchas veces, el camino hacia el amor propio y los límites saludables es desafiante, pero es un viaje necesario.

Todos merecemos un amor que nos eleve, no que nos haga sentir menos.

Te invito a que reflexiones sobre tus propias relaciones y lo que estás dispuesto/a a aceptar y a permitir.

Si te encuentras en una situación que no respeta tu bienestar, tienes derecho a poner límites.

Si te resuena lo que compartí, me encantaría saber tu experiencia. ¿Qué límites has aprendido a establecer en tus relaciones? ¿Qué ha sido lo más difícil para ti en este proceso?

Tip práctico

Para empezar a poner límites, intenta este ejercicio:

Cada vez que te sientas incómodo/a con algo que tu pareja o alguien cercano hace, haz una pausa. Pregúntate: “¿Cómo me hace sentir esto? ¿Estoy respetando mi bienestar emocional?” Si la respuesta es negativa, habla de forma clara y asertiva, expresando cómo te afecta y qué necesitas para sentirte respetado/a.

Gracias por estar aquí.

Te leo ❣️